El Romero
La planta que cambió de nombre.
Receta: Bálsamo del samaritano


Tenemos constancia de que esta planta, de origen mediterráneo, lleva utilizándose desde tiempos inmemoriales. Sus virtudes dan fe de ello: tonificante, digestivo, diurético, antiespasmódico, regenerador hepático, vulnerario, antiinflamatorio, antirreumático, aromatizante… Nos faltaría artículo para describir la infinidad de propiedades terapéuticas y usos tradicionales que alberga esta planta, que desde 2017 ha dejado de llamarse Rosmarinus officinalis para pasar al grupo de las salvias con el nombre científico de Salvia rosmarinus. No vamos a entrar en discusión por esta decisión de los botánicos; al fin y al cabo, sus propiedades siguen estando ahí para ser disfrutadas.
Si retrocedemos en el tiempo encontramos muchas referencias a esta planta; tal es el caso del Bálsamo de Fierabrás que aparece en El Quijote, elaborado con romero, aceite, sal y vino. Nos comenta el famoso hidalgo que éste ya era utilizado por los antiguos egipcios para embalsamar a sus faraones. Tal vez, de ahí también haya trascendido hasta nosotros la receta del famoso Bálsamo del samaritano, tan utilizado por los antiguos peregrinos que recorrían el Camino de Santiago; y que se elaboraba cociendo romero en aceite de oliva y vino hasta que este último evaporaba el alcohol. Sus propiedades, conociendo a sus usuarios habituales, estaban claras: contracturas, dolores, golpes, circulación e incluso pectoral.
Como ves, estamos ante una planta con muchas propiedades, pero no carente de contraindicaciones. Tal es el caso de los hipertensos, que deben abstenerse de consumirla (sube la tensión). Lo mismo ocurre con aquellas personas con debilidad renal (sobre estimula la función renal).
Hasta ahora nos hemos centrado en la planta como tal, pero quisiera hablaros del aceite esencial que se extrae de ella, o tal vez, debería citarlos en plural. Y es que en el increíble mundo vegetal, la misma especie según donde se encuentre, produce un tipo de aceite esencial distinto, que técnicamente conocemos como quimiotipo. Aquí nos centraremos en el que se destila en nuestro entorno: el aceite esencial de romero, Quimiotipo alcanfor. A nivel epidérmico debemos destacar que se trata de un potente antiséptico y vulnerario (heridas y quemaduras) y estimulante del crecimiento del cabello (fortalece el bulbo piloso).
Fuera de su uso para la piel, encontramos propiedades dentro del campo de la aromaterapia (nivel olfativo) que nos dan algunas indicaciones de gran valor como: favorece la concentración y la memoria (estudios), trata la apatía y la fatiga mental, infunde entusiasmo y refuerza la confianza en uno mismo.
Es importante recordar que a nivel epidérmico no debe utilizarse durante el embarazo, ni si se padece hipertensión o epilepsia.
Estoy seguro que ahora ya conoces un poco más a esta planta tan querida por todos los que recorremos las montañas mediterráneas.
Esta y otras plantas de nuestro entorno las descubriremos durante algunas de nuestras formaciones, como: jabones terapéuticos, ungüentos artesanales...
¿Te gustaría aprender a hacer el bálsamo del samaritano ? Pues te dejamos aquí la receta para que vayas practicando hasta que nos veamos en una de nuestras formaciones.
Bálsamo del samaritano:
250 ml de aceite de oliva virgen
125 ml de vino tinto o blanco
20 grs de hojas de romero seco
Procedimiento:
Cocer a fuego lento (mejor al baño maría) todo los ingredientes hasta que se haya evaporado el vino (2 horas aproximadamente). A continuación dejar enfriar. Una vez frio colar, envasar y etiquetar. Si tenéis a mano aceite esencial de romero, y con el fin de hacerlo más terapéutico, podéis añadirle entre 50 y 100 gotas al preparado resultante (una vez frío).
Espero que disfrutes de la receta, y si te surge alguna duda escríbenos para ayudarte.
Pepe Cánovas
EL ROMERO
La planta que cambió de nombre. Receta: Bálsamo del samaritano
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