Infraestructuras verdes: clave para la adaptación climática de las ciudades

El incremento de temperaturas, inundaciones, olas de calor y eventos climáticos extremos están poniendo a prueba la resiliencia de los entornos urbanos. En este contexto, las infraestructuras verdes han emergido como una solución indispensable para mitigar estos efectos y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Pero, ¿Estamos dispuestos a generar las políticas necesarias para transformar nuestras ciudades y pueblos?

Pepe Cánovas

10/13/20245 min read

En la actualidad, las ciudades están enfrentando uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: la adaptación al cambio climático. Informes como los del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) y EUCP ( European Climate Prediction system) ya señalan la urgencia de implementar este tipo de estrategias, además de destacar que el futuro que no queremos está cada vez más cerca si no actuamos de manera decidida. Un estudio de la Universidad ETH de Zurich sobre el escenario de más de 500 ciudades en el año 2050, nos alerta sobre a qué nos enfrentamos. Por citar algún ejemplo, la ciudad de Madrid tendrá un clima parecido al que tiene actualmente la ciudad marroquí de Marrakech.

¿Qué son las infraestructuras verdes?

Las infraestructuras verdes son elementos naturales o seminaturales que se integran en el entorno urbano para mejorar la gestión del agua, la calidad del aire, y reducir el impacto del calor. Estas incluyen desde la creación de parques y jardines hasta soluciones innovadoras como los techos verdes, sistemas de recolección de aguas pluviales y huertos urbanos. El objetivo es trabajar con la naturaleza para hacer las ciudades más habitables y resilientes frente a los efectos del cambio climático.

Soluciones viables para ciudades sostenibles

Existen diversas estrategias para adaptar nuestras ciudades a las nuevas realidades climáticas. A continuación, mencionamos algunas de las más destacadas:

  1. Despavimentación: Uno de los mayores problemas que enfrentan las ciudades es la gran cantidad de superficies pavimentadas, lo que impide la absorción natural de agua por parte del suelo contribuyendo a las inundaciones y el desperdicio del agua de lluvia. Esta diniciativa consiste en eliminar asfalto y hormigón en áreas no esenciales y sustituirlos por jardines, áreas permeables y zonas arboladas. Ciudades como Detroit han aplicado esta medida en barrios con baja densidad de población, creando espacios verdes que mejoran el drenaje y la biodiversidad local. Esta técnica también nos hace replantearnos el uso del vehículo personal en las ciudades. Son muchas las urbes que sufren estadios de contaminación atmosférica severa a consecuencia del uso de combustibles fósiles. Antes o después, deberemos rediseñar los espacios urbanos para que sean lugares sanos donde vivir.

  2. Sustitución de aceras por jardines: Las aceras y espacios peatonales pueden rediseñarse para incorporar jardines lineales. Estas pequeñas franjas verdes no solo embellecen las calles, sino que también ayudan a reducir la temperatura local, filtrar contaminantes y mejorar la infiltración del agua. Un buen ejemplo es el programa de "Jardines de lluvia" en Seattle, que fomenta la sustitución de aceras impermeables por jardines que gestionan las aguas pluviales de manera eficiente. Creo que todos hemos visto imágenes del arbolado urbano condenado a sobrevivir en pequeños alcorques y rodeados de pavimento y/o asfalto. Estudios recientes avalan la importancia de la vegetación en general y árboles en particular. Estos disminuyen las temperaturas de los espacios urbanos hasta en 10ºC.

  3. Techos verdes: Esta solución consiste en instalar vegetación en los techos de edificios. Los techos verdes no solo ayudan a regular la temperatura interior de las edificaciones, sino que también contribuyen a reducir el efecto de isla de calor urbana, mejoran la calidad del aire y retienen el agua de lluvia. Ciudades como Copenhague y Toronto han implementado techos verdes de manera masiva, con resultados positivos tanto en la adaptación climática como en la mejora de la biodiversidad. Una normativa específica para edificios de nueva construcción es la mejor opción para implementar estos sistemas. Pero no sólo valorar la posibilidad de jardines, sino huertos comunitarios que, además cumplen una función social entre los vecinos.

  4. Huertos ecológicos urbanos y en centros educativos: Los huertos ecológicos, tanto en áreas urbanas como en centros de enseñanza, representan una solución innovadora y educativa. Además de ser espacios verdes que absorben CO2 y contribuyen a reducir la huella ecológica, estos huertos fomentan la autosuficiencia alimentaria y promueven la educación ambiental. Ciudades como Murcia apostaron hace años por la creación de huertos escolares ecológicos en todo el municipio como herramienta pedagógica para enseñar a los niños la importancia del respeto por la naturaleza y la producción sostenible de alimentos. Proyecto: Murcia, Ecología de una Ciudad. ¿Por qué no aprovechamos los solares abandonados de la ciudad para la creación de huertos comunitarios ecológicos? Mientras estos no son utilizados para futuras construcciones pueden ser disfrutados y gestionados por los vecinos a través de las asociaciones del barrio.

  5. Sistemas de recolección de aguas pluviales: En zonas donde las lluvias son escasas, como es el caso de las ciudades mediterráneas, no siempre se gestiona eficazmente este bien. Instalar sistemas de recolección de agua pluvial es una excelente alternativa. Estos sistemas capturan el agua de lluvia y la almacenan para su uso posterior, ya sea en riego de áreas verdes o en procesos industriales. Esta medida no solo ayuda a reducir la presión sobre los sistemas de drenaje, sino que también contribuye a un uso más sostenible de los recursos hídricos. Un sistema hidráulico de captación y aprovechamiento, no sólo de las aguas pluviales, sino también de las aguas tratadas de las depuradoras municipales, podría utilizarse para regar las nuevas infraestructuras verdes de las ciudades.

Impacto positivo y beneficios

La implementación de infraestructuras verdes no solo ayuda a mitigar los efectos del cambio climático, sino que también aporta beneficios directos a las ciudades y sus habitantes. Entre los principales impactos positivos encontramos:

  • Reducción de las temperaturas urbanas: La creación de espacios verdes, jardines y techos vegetales disminuye el efecto isla de calor, mejorando el confort térmico.

  • Gestión eficiente del agua: Zonas permeables y sistemas de recolección de agua pluvial ayudan a reducir el riesgo de inundaciones y permiten reutilizar el agua en épocas de sequía.

  • Mejora de la calidad del aire: La vegetación urbana actúa como un filtro natural que captura partículas contaminantes, contribuyendo a la salud pública.

  • Incremento de la biodiversidad: Los espacios verdes urbanos, incluidos los huertos ecológicos, son un refugio para especies animales y vegetales, contribuyendo a la biodiversidad local y global.

  • Educación y concienciación: Los huertos en centros educativos no solo ofrecen beneficios ambientales, sino que además son herramientas poderosas para concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar el planeta. Incluso los jardines urbanos, si son concebidos y diseñados con plantas autóctonas, pueden convertirse en espacios de aprendizaje para escolares y vecinos en general. Un jardín de aromáticas y medicinales mediterráneas puede dar lugar a la recuperación y puesta en valor de saberes ancestrales. Incluso puede dar pie a nuevos empleos o emprendimientos.

Es fundamental que los responsables de la planificación urbana, autoridades locales y profesionales del ámbito de la sostenibilidad impulsen la adopción de infraestructuras verdes en sus ciudades. También los vecinos, a través de sus asociaciones, deben demandar una mejor calidad de vida en sus barrios, pueblos y ciudades. El cambio climático no espera, y es nuestra responsabilidad transformar las urbes en entornos más resilientes y sostenibles. La despavimentación, los jardines urbanos, los techos verdes, los sistemas de recolección de aguas pluviales y los huertos ecológicos no son solo soluciones técnicas, son una apuesta por un futuro más habitable y saludable.

Es hora de actuar e invertir en infraestructuras verdes. No solo por la adaptación climática, sino por el bienestar de las generaciones presentes y futuras.

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